LANZAROTE (2011)

En la visita de Lanzarote teníamos bastante tiempo para recorrer la isla, y es por ello que reservamos por internet un coche de alquilar para todo el día que recogimos justo delante de la terminal de Cruceros.

El barco paró en la capital Arrecife, por la que hicimos una visita panorámica y lo que mas nos sorprendió es que todas las casas eran completamente de color blanco.

Nuestro primer destino en Lanzatore en las Islas Canarias era Mirador del Río, en el extremo norte de la isla, a la cual se accede por unas carreteras poco transitadas por las que es un placer conducir con unos paisajes de película.

Es un mirador que te da opción a ver una panorámica de Isla Graciosa, una pequeña isla muy cercana a Lanzarote, con su pueblo pesquero allá a lo lejos.

Posteriormente, nos dirigimos a la Cueva de los Verdes, unes cuevas fuera de lo común porque en realidad es un túnel volcánico formado por la solidificación del magma, creación de César Manrique.

Tiene varias curiosidades como un Auditorio en el interior donde se celebran conciertos, y varias sorpresas más que prometimos no desvelar.

El punto final de la excursión era la visita más importante del día al Parque Nacional de Timanfaya. Después de hacer bastante tiempo cola en coche para llegar al aparcamiento y cada vez ver más roca volcànica de color negro alrededor de la carretera, llegamos a esta maravilla de la naturaleza.

La primera sensación era como estar en otro planeta, como si estuvieras en Marte, y en cierta manera nos recordaba al Monte Etna en la isla de Sicilia.

Una vez allí te montas en unos guaguas que te dan una vuelta de media hora (14 kilometros) con explicaciones por toda la zona volcànica con unes carreteras muy estrechas que quitan el hipo.

Te enseñan como aún la montaña desprende suficiente calor como para que si echas agua salga al cabo de unos instantes como una nube de vapor y que hay suficiente calor como para asar comida que luego sirven en el restaurante, esto lo ves porque tienen una especie de barbacoa al calor de la montaña.

La verdad es que Lanzarote nos encandiló, y no tenemos duda que en futuro no muy lejano venir una semana a recorrer la isla y descubrir sus rincones con más tiempo y tranquilidad.